lunes, 23 de noviembre de 2015

EL DÍA MÁS FELIZ

Cuando tenia 9 años me tuvieron que operar en Córdoba de los tendones de Aquíles para poder seguir caminando un poco más de tiempo antes que definitivamente tuviera que coger una silla de ruedas.

Cuando me dieron el alta medica mi rehabilitador me mando a que me hicieran unas prótesis para las piernas para poder andar, hubo una serie de problemas con ellas, me las tenían que haber hecho nada más salir del hospital y aparte de que me las hicieron mal tuvieron que volver hacer otras, con lo cual perdimos mucho tiempo. 

Al final entre una cosa y otra empecé andar a los 6 meses de la operación.

LA REHABILITACIÓN

Conocimos a una rehabilitadora cuando estábamos en rehabilitación que se llamaba Merche pero tenia un contrato eventual y al año se marchó. Entablamos una amistad porque ella ya había tratado con niños con mi misma patología que yo y era muy profesional.

Viendo que los fisioterapeutas del Hospital de Jaén no lograban que volviera a andar recurrimos a ella que trabajaba en Baeza en una asociación sin ánimo de lucro para esclerosis múltiple y más enfermedades como la mía.

Estuvimos mi madre, mi abuelo y yo yendo desde septiembre hasta febrero todos los días de la semana desde la 16:00 hasta la 21:00 de la noche. Lo primero que hacia nada más llegar era tumbarme en una camilla y movía las piernas haciendo ejercicios, después me ponía las prótesis y me ponía en una pasarela para andar ayudándome con las barandas. Los primeros meses fueron muy duros porque me cansaba mucho, andaba unos 5 metros eso fue aumentando hasta que llego el día más esperado.

LLEGO EL DÍA

Cuando llego el 3 de febrero que coincidía con el día del aniversario de mis padres conseguí andar un buen rato sin la ayuda de nadie solo mis piernas y las prótesis. Fue el día más feliz de mi vida viendo las caras de emoción y alegría de mis padres y mi abuelo, merecía la pena tantos meses de sufrimiento por ver sus caras.

Fue muy emocionante lloraban por que después de un tiempo volvieron a ver a su hijo y nieto caminando de nuevo fue su mejor regalo de aniversario.

Después de eso no duré mucho caminando porque mis rodillas (que tenían que estar ancladas en las prótesis), me crujieron un día provocándome una gran dolor y tuve que dejar andar definitivamente.


Espero que os haya gustado esta historia y os animo a que digáis mi blog.

GRACIAS Y HASTA LA PRÓXIMA

2 comentarios:

  1. Me acuerdo como si fuera ayer y la verdad es que ese momento fué el regalo más bonito que se nos podía haber echo. Te quiero

    ResponderEliminar
  2. Por lo que veo eres un gran luchador Carlos, me emociona mucho leer tus palabras porque yo también he pasado por situaciones difíciles pero sin embargo al igual que tu siempre sigo adelante. Sigue siempre luchando por tus sueños porque son nuestras metas y objetivos los que nos da fuerza y esperanza. Tienes un magnifico blog que ayudará a mucha gente. Por cierto que aquí tienes a un amigo para lo que necesites

    ResponderEliminar